En las últimas décadas, el diseño ecológico o verde se convirtió en un enfoque clave para los proyectos de real estate.
La arquitectura sustentable, también llamada sostenible o verde, es un enfoque integral de diseño y construcción que busca equilibrar las necesidades de las personas con el cuidado y el respeto hacia el planeta que habitamos. Al considerar en detalle cuál es el impacto ambiental y social de las construcciones, se apunta a diseñar espacios funcionales y que contribuyan, a su vez, a generar un futuro sostenible socialmente responsable.
Aunque las ideas y principios que sustentan este enfoque de diseño y construcción se remontan a varios año atrás, los términos “arquitectura sustentable” comenzaron a tomar fuerza en las últimas décadas del siglo pasado, luego de que la entonces primera ministra noruega Gro Brundtland hiciera referencia al “desarrollo sostenible” como “la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” en el informe Nuestro futuro común, en el marco de la 42° sesión de las Naciones Unidas en 1987.
Desde ese entonces, surgieron diversas organizaciones e instituciones que promueven la arquitectura y el diseño sustentable, como el US Green Building Council (USGBC, por sus siglas en inglés), responsable de la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), y el World Green Building Council, entre tantos otros.
El tema no es menor: el sector de la construcción es responsable del 36% del consumo final de energía global, de casi el 40% de las emisiones totales directas e indirectas de dióxido de carbono y de más del 45% de la generación de residuos.
En los últimos años, la arquitectura sustentable ganó espacio en la agenda pública y se convirtió en un tema esencial para la industria, dado el mayor enfoque en la integración de prácticas y tecnologías sustentables en los proyectos arquitectónicos, y la difusión de estándares y certificaciones para evaluar la sostenibilidad. Como Edge, un sistema de certificación de construcción desarrollado por el International Finance Corporation (IFC), que evalúa aspectos como energía, agua y materiales.
Entre otras tendencias, y a modo de pantallazo general, algunas de las que más se utilizan son el diseño bioclimático, que se basa en aprovechar las condiciones climáticas locales para maximizar la eficiencia energética de una construcción (se consideran puntos como la orientación, la ventilación natural, el uso de materiales termoaislantes y la optimización de la iluminación natural); la incorporación de energías renovables, con utilización de paneles solares fotovoltaicos, sistemas de energía eólica y de geotermia (energía que se obtiene mediante el aprovechamiento del calor del interior de la tierra); la búsqueda de eficiencia energética, a través de tecnologías de aislamiento, iluminación LED de bajo consumo, sistemas de gestión de energía y equipos de alta eficiencia; y el uso de componentes sustentables, como madera recuperada o acero reciclado, así como materiales de bajo impacto ambiental, como el bambú y el corcho.
Asimismo, la arquitectura sustentable también apuesta por el diseño de espacios verdes, a través del armado de jardines verticales, terrazas verdes, patios internos con jardines y otras áreas de uso común que contribuyen mejorar la calidad del aire y promueven la biodiversidad; contempla estrategias de reciclaje y gestión de residuos, lo que implica desde planificar de sistemas eficientes de recolección de basura hasta el uso de materiales reciclables; y hasta iniciativas y sistemas para el mejor aprovechamiento y uso responsable del agua.
Varios países, como Países Bajos, Estados Unidos, Dinamarca, Suecia y Alemania, vienen trabajando fuertemente en el desarrollo de una arquitectura sustentable, impulsando la adopción de prácticas y tecnologías aplicadas al diseño y a la construcción eficiente tanto de edificios residenciales como de oficinas o entidades gubernamentales. Pero América Latina no quiere quedarse atrás, y, aunque es más reciente, la región también cuenta con proyectos interesantes en Brasil, Colombia, México, Paraguay, Uruguay y Argentina, entre otros mercados.
La sustentabilidad como eje fundamental en la arquitectura y la innovación ya pasó a ser casi un must, que requiere considerar múltiples aspectos para minimizar el impacto en el medio ambiente y reducir la huella de carbono, buscando.