El coliving, una tendencia que crece entre los nuevos proyectos: sus características

Este modelo residencial comunitario parece alzarse como una evolución del coworking y, potenciado por los cambios laborales que trajo consigo la pandemia, se expande en las grandes ciudades de América Latina.

Elcoworking y el coliving están muy relacionados y comparten características. El primero, una modalidad laboral que permite a freelancers, emprendedores y pymes compartir un mismo espacio de trabajo, se expandió en los años previos a la pandemia de Covid-19. El segundo, en cambio, lleva el concepto del coworking más allá y, en tiempos en los que el trabajo remoto se consolidó por todo el mundo, cobra mayor impulso y gana protagonismo en los proyectos inmobiliarios de América Latina.

Ahora bien, ¿qué es el coliving? Se puede definir como un modelo residencial comunitario, integrado por departamentos que van desde monoambientes -estudios con kitchenette- hasta tres ambientes pequeños, con espacios comunes, incluso áreas de coworking. Por eso es que, en cierto sentido, se habla del coliving como una evolución en el mercado de la vivienda de los espacios de trabajo colaborativo.

Veamos un poco de historia

Trabajar y vivir en comunidad. El coliving no es tan nuevo, pero sí lo es como un fenómeno en expansión. Su historia se remonta a los años 70. Algunos citan como antecedente un desarrollo de cohousing que tuvo lugar en Dinamarca: el proyecto Sættedammen,  mediante el cual 35 familias residían en viviendas privadas, pero compartían áreas comunes y actividades, como talleres.

Pero el origen del coliving como lo conocemos hoy se encuentra en California, Estados Unidos: a medida que Silicon Valley comenzaba a desarrollarse como un hub de innovación, San Francisco recibía un gran flujo de jóvenes que llegaban a la ciudad con ganas de emprender. Muchos de ellos, vecinos en un mismo edificio, empezaban a interactuar, a hacer networking y a compartir zonas comunes.

Los desarrollos inmobiliarios posteriores ya tuvieron en cuenta esta tendencia. Y a partir de ese momento en Silicon Valley las propuestas residenciales de departamentos o habitaciones pensadas para jóvenes, pero con áreas comunes, se expandieron al resto del mundo.

En la última década el coliving se hizo muy conocido en ciudades cosmopolitas como Londres, Berlín, París, Madrid, Barcelona y Tokio, entre otras. Con el cambio de paradigma laboral que dejó la pandemia, y la mayor cantidad de nómades digitales y freelancers que trabajan a distancia, comenzó a popularizarse también en América Latina. México, Argentina, Chile, Ecuador y, recientemente, también Paraguay, son algunos de los países que cuentan con diferentes propuestas de coliving.

El común denominador, pese a la lejanía entre sí de las ciudades mencionadas, es que estos proyectos apuntan a un público joven y preferentemente con intereses y aficiones en común, buscando incentivar la sociabilidad y el intercambio de ideas, además de fomentar el compañerismo y la amistad. En efecto, los centennials y los más chicos entre los millennials tienden mucho más que las generaciones que las preceden a concebir la vida de forma colaborativa.

¿Cómo es el coliving?

El modelo está pensado para que las personas interactúen entre sí y sobre todo para gente acostumbrada a trabajar online. Las instalaciones están provistas de zonas comunes con conexión a Internet, que van desde áreas de coworking hasta espacios de entretenimiento (cine, juegos, biblioteca), comedores, sala de estar, laundry, gimnasio, pileta y solarium. En algunos casos, además de los espacios comunes, se organizan diferentes eventos y actividades para los inquilinos: desde clases de yoga con vista al atardecer en una terraza hasta fiestas por el Día de la Primavera, por ejemplo.

¿Cómo funciona? Por lo general, el coliving ofrece un régimen de alquiler de estudios, departamentos o habitaciones ya amuebladas y con baño privado con servicios básicos incluidos (luz, agua, wifi, entre otros). En algunos casos, el uso de plataformas de streaming puede estar incluido dentro del paquete del alquiler general.

El coliving funciona como un laboratorio de ideas de jóvenes emprendedores, freelancers, estudiantes y nómades digitales para desarrollar colectivamente proyectos. Es hacer de cuenta como si el espacio compartido fuera una extensión de la vivienda individual, con la finalidad de que el lugar en su conjunto permita trabajar, estudiar, descansar y hacer vida social con un universo muy heterogéneo de personas, dado que la gente residente proviene en muchos casos de distintas partes del mundo. Es decir, propone una forma de vida cosmopolita.

De alguna forma esta práctica puede ser comparada con la de un hotel –de hecho, muchos hospedajes se están reconvirtiendo en coliving. La mayor diferencia con otros espacios compartidos más tradicionales es que en el coliving las personas que conviven muestran afinidad y llevan a cabo empleos y rutinas mucho más parecidas.

El futuro del coliving parece ser promisorio. En Europa se calcula que este mercado puede llegar a generar 550.000 millones de euros en el 2025. De hecho, tal como muestra una encuesta realizada por Space 10, el laboratorio de innovación de IKEA, el coliving cada vez suma más adeptos.

¿Por qué genera tanto interés? En las grandes ciudades el alojamiento es costoso, y esta alternativa permite ahorrar en el pago de servicios, además de que cuenta con los amenities necesarios para quien necesite trabajar de modo remoto, sin necesidad de invertir en viáticos y traslados hasta una oficina. El coliving es un modelo que sumó protagonismo durante la pandemia y sin dudas llegó para quedarse.

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