La irrupción de la IA está transformando la manera de operar de todos los sectores, y el negocio inmobiliario no queda al margen de esta disrupción. Cuáles son los avances que se verán en materia de diseño y venta de un proyecto
La irrupción de la Inteligencia Artificial (conocida popularmente por sitios de lenguaje generativo como ChatGPT), que se transformó en la novedad tecnológica más importante de los últimos años, está cambiando a gran velocidad la manera en la que trabajamos. Su aporte, pronostican los expertos, será revolucionario y radical de acá en más, al nivel de lo que implicó el surgimiento de Internet en los años 90. Y la industria de bienes raíces, por supuesto, no queda al margen de esta corriente que cobra cada día más fuerza.
¿Qué aporte puede hacer y está haciendo la IA generativa al negocio del real estate? Según cálculos de la consultora McKinsey, la inteligencia artificial permitirá automatizar muchas tareas en los próximos años, reduciendo de esa forma los costos operativos de distintas actividades en hasta un 30%. A propósito de la automatización, el primer impacto en el sector inmobiliario está ligado a labores administrativas como redacción de contratos o generación de informes que permitirán a operadores y empresas utilizar mejor su tiempo en otras tareas más rentables y prioritarias.
Otro impacto positivo según los expertos del sector será la posibilidad de fortalecer las estrategias de marketing con la producción de contenido visual o escrito, o la formulación de campañas que den soporte a los chatbots que ya existen para la atención del cliente.
La capacidad de análisis de datos es una de las cualidades que mejor reflejan el potencial de la IA. Vinculado con el real estate, se abre ahí todo un abanico de posibilidades relacionado con la predicción de tendencias, precios, ocupación de propiedades o comparación de retornos de inversión. También puede ser aplicada a valuaciones, análisis de riesgos y mantenimiento predictivo de una propiedad o de un edificio. O al estudio de una zona para calcular la demanda en función de sus datos demográficos (y contribuir así a la definición de si es negocio ofrecer determinado producto o no en ese momento), entre otras tantas aplicaciones que anticipan los especialistas.
Se menciona asimismo que la IA se convertirá en una herramienta ligada a la eficiencia de una construcción y el uso de la energía en un proyecto, y colaborará con el diseño. Desde este punto de vista, tiene mucho que aportar en las simulaciones de interiores y el montaje integral de modelos virtuales de propiedades que lucirán cada vez más reales. Es otro aporte previsto a la hora del marketing, que hoy ya existe, pero experimentará un crecimiento inimaginado en los próximos años.
Con la ayuda de la IA, desarrolladores y vendedores podrán llegar con mayor precisión a los potenciales interesados en un proyecto, a partir del análisis de sus preferencias y búsquedas en la web, y mostrarles recreaciones muy avanzadas de cómo será el emprendimiento.
También se espera que la IA pase a desempeñar un papel fundamental en la gestión de propiedades. Los sistemas de administración de inmuebles inteligentes utilizan sensores y dispositivos conectados para recopilar datos en tiempo real sobre el estado de una propiedad. La tecnología analiza estos datos para identificar problemas antes de que se conviertan en un costo y proporciona información para la eficiencia energética y el mantenimiento preventivo.
En este punto, la combinación de inteligencia artificial con la Internet de las Cosas (IoT) y sus sensores permitirá que los sistemas puedan procesar datos y realizar tareas en forma autónoma, siempre con la eficiencia en el uso de los recursos -agua, iluminación, por caso- como principal objetivo.
Y la definición de “edificio inteligente” cobrará otro significado, ya que los sistemas generativos se convertirán en un aliado en el proceso previo a la construcción, con simulaciones 3D que facilitarán la visualización del proyecto, y durante el plazo mismo de la obra, a través del seguimiento de los tiempos y la predicción de posibles desvíos en los avances y costos.
Sin dudas, un escenario disruptivo en todo sentido que recién está dando sus primeros pasos.