Paraguay 2023 y su imán para el Real Estate

Según el Banco Mundial, con un clima favorable durante la temporada de siembra de soja en el cuarto trimestre, se proyecta un crecimiento del PBI del 5,2% para el año que viene. La previsibilidad y los incentivos a la inversión extranjera alientan el desarrollo del mercado inmobiliario. ​

Con una superficie de poco más de 400.000 km2 y 7,4 millones de habitantes, Paraguay, el quinto país más pequeño de América Latina, sigue siendo un imán para las inversiones y el real estate no escapa a la tendencia. Los precios competitivos –comparados con la media regional– y buena rentabilidad, sumado a la seguridad jurídica, las condiciones macroeconómicas y los incentivos a la inversión extranjera, componen un marco tentador, incluso luego de un año en el que la inflación se convirtió en un fenómeno global y que las condiciones climáticas, como la sequía, complicaron el panorama. ​

Las políticas macroeconómicas sólidas beneficiaron a la economía de Paraguay durante las últimas dos décadas. De 2004 a 2019, Paraguay creció más rápido, registró déficits fiscales más pequeños y se endeudó menos que sus países pares, destacan en el Banco Mundial. ​

Gran parte de este crecimiento reflejó términos de intercambio favorables que respaldaron las exportaciones agrícolas y de energía hidroeléctrica, pero las reformas institucionales, como el mecanismo de metas de inflación y la legislación de responsabilidad fiscal, ayudaron a salvaguardar la macroestabilidad y sostener el crecimiento, sostiene el organismo. ​

Durante esos años, el crecimiento del país promedió el 4,1%, manteniendo una deuda pública y externa reducida y una inflación estable. ​

De hecho, producto de esa expansión, la clase media está en ascenso. Según The CIA World Factbook, sobre una base per cápita, el ingreso real creció en los últimos 5 años, gracias a la demanda mundial de commodities. ​

No obstante, entre la crisis generada por el Covid-19, los bloqueos de logística en China, el aumento del valor petróleo y las recientes sequías, aparecieron nuevos desafíos que ralentizaron el proceso de crecimiento. ​

Para el Banco Mundial (aunque prevé que la economía en 2022 se contraiga un 0,3%), de haber un clima favorable durante la temporada de siembra de soja en el cuarto trimestre, será posible hablar de una recuperación del 5,2% para 2023. Asimismo, el organismo espera que la inversión fija se mantenga firme a medida que avancen las obras públicas y privadas. ​

De hecho, la propuesta de presupuesto paraguayo para 2023 incluye US$ 804 millones para el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, de los cuales cerca de US$ 576 millones se destinarán a infraestructura. ​

En este marco, se prevé un desaceleramiento de la inflación (que hoy afecta a todo el mundo) a medida que se moderen los precios de los commodities y haga efecto la subida de la tasa de interés. ​

Un sector en auge ​

El sector inmobiliario fue uno de los más dinámicos en los últimos tiempos. Incluso, en plena pandemia, recibió inversiones por parte de capitales argentinos, chilenos y brasileños, según la Cámara Paraguaya de Desarrolladores Inmobiliarios (Capadei). Los números lo constatan: entre 2019 y 2020, se triplicaron las viviendas escrituradas y en 2021 las consultas para comprar propiedades crecieron exponencialmente. ​

Y, aunque el sector también enfrenta retos (de acuerdo a Capadei, en el último año, a nivel local, el hormigón aumentó su precio un 35%, teniendo un impacto directo de más del 10% en el costo total de las obras), sigue habiendo optimismo de cara al corto y mediano plazo. ​

Desde la cámara destacan que, durante los últimos meses, mucha gente vio el producto inmobiliario como un lugar de refugio seguro de sus ahorros, por lo que se registra un incremento en las inversiones en este sector. ​

De hecho, a principios de agosto, el titular de la Capadei, Raúl Constantino, había mencionado que el panorama en el sector inmobiliario, en especial en la capital paraguaya, es alentador, dado que se experimentó una suba del 25% en las aprobaciones de planos, según datos de la Municipalidad de Asunción. ​

La capital del país es uno de los imanes de atracción, con barrios como Villa Morra, Las Carmelitas y Mburucuyá en pleno auge. Según el Banco Mundial, el año pasado, Asunción recibió una inversión directa de US$ 6881 millones y el sector inmobiliario fue uno de los grandes protagonistas del crecimiento. Oportunidades para conseguir terrenos a buen precio, previsibilidad, estabilidad fiscal, impuestos competitivos (el IVA y el impuesto a la renta son el 10% cada uno) y tasas de retorno atractivas (la rentabilidad por un alquiler que obtiene un propietario va entre 5% y 7%) son algunos los ejes que alientan a pensar que el sector inmobiliario seguirá creciendo y abren oportunidades para los inversores. ​

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