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Hablemos de inversiones
Con un circuito enoturístico de clase mundial, campo de polo y la mejor cancha de golf de Uruguay, esta pequeña ciudad se alza como un imán para el turismo e inversores argentinos. Y del mundo.
Ubicada a unos 250 kilómetros de Montevideo y tan solo a 69 de la ciudad de Buenos Aires, Carmelo es una urbe uruguaya que transita un proceso de gran revitalización.
Durante años, ofició de destino turístico de fin de semana entre los argentinos que descansaban en la tranquila Playa Seré o se fotografiaban sobre el puente giratorio de 1912 –único movido a tracción en Sudamérica–, gracias a la conexión en ferry que la une de forma directa –primero con Cacciola, luego con Línea Delta Argentino– con la estación fluvial de Tigre.
Pero, de hace un tiempo a esta parte, esta ciudad fundada por el prócer oriental José Gervasio Artigas ofrece, en sus 390 kilómetros cuadrados, varios atractivos que atraen por igual a turistas y a inversores internacionales.
Hoy, Carmelo ofrece una amplia variedad de experiencias con sello de lujo –que van desde golf en canchas profesionales, hospedajes con vistas a viñedos, catas en bodegas centenarias y degustaciones de productos artesanales, hasta actividades como canotaje, polo y equitación en un ambiente enmarcado por su belleza natural–. No por nada, hace un par de meses, Aeropuertos Uruguay anunció que avanza con obras de modernización en el Aeropuerto Internacional de Carmelo. La Banda Oriental está en movimiento y Carmelo se alza como la nueva joya uruguaya que atrae cada vez más miradas.
La ruta del Tannat
Originaria del suroeste de Francia, el Tannat es considerada la uva nacional de Uruguay y en Carmelo es posible descubrir los secretos de esta cepa tinta tan característica. Es que, con casi una decena de bodegas, esta ciudad de poco más de 19.000 habitantes invita a vivir una experiencia exclusiva en su circuito enoturístico.
La Ruta del Vino de Carmelo incluye un recorrido por la bodega centenaria Familia Irurtia, desde donde se producen cerca de 8 millones de litros de vino (con cepas como Cabernet Sauvignon y Tannat a la cabeza) cada año, se pueden hacer degustaciones, conocer la historia detrás de esta firma familiar y hasta recorrer el Arroyo de las Vacas, dado que el establecimiento tiene su propio muelle.
También se puede visitar la bodega La familia Zubizarreta, especializada en varietales como Merlot, Cabernet Sauvignon, Tannat, Cabernet Franc y Marselan, o la bodega Narbona, ubicada en un casco de estancia de principios del siglo XX, que fue remodelada en 2010.
Quien cuente con un poco más de tiempo podrá disfrutar de una experiencia integral, con la posibilidad de visitar viñedos y pasar la noche en los alojamientos boutique que ofrecen algunas bodegas: la posada de CampoTinto (que elabora vinos premium) y El Legado Wine Lodge (cuya bodega se especializa en Tannat y Syrah) cuentan con propuestas ideales para distenderse, conocer de cerca el mundo del vino y probar la oferta gastronómica de productos regionales.
Golf, polo y canotaje
Carmelo es un destino ideal para descansar, visitar, invertir y vivir. Los amantes del golf encontrarán en esta ciudad la mejor cancha de Uruguay, que según la exigente clasificación de Golf Digest desde 2013 y de acuerdo a Golf World Awards 2018 es Carmelo Golf.
Con 18 hoyos y par 72, desde fines de 2010 es la cancha del Carmelo Golf Club y es sede del World Ranking Amateur, de la PGA Uruguay y de otros torneos. Diseñada por American Golf Course Design, tiene un driving range, una amplia plataforma para base de tiros, greens de approach, putting green y cancha de minigolf. Su extraordinaria parquización y el imponente entorno natural le dan un encanto especial que atrae a los amantes del golf.
Asimismo, quienes disfruten de andar a caballo al atardecer o practicar equitación encontrarán también en Carmelo un lugar que los recibirá con los brazos abiertos. El barrio privado residencial Carmelo Golf, ubicado a 4 kilómetros del centro de la ciudad, cuenta también con una cancha de polo, predio para cabalgatas y espejos de agua en donde es posible realizar actividades náuticas sin motor y pesca deportiva.
Con todo, Carmelo se convierte en un destino lleno de encanto que invita a vivir experiencias premium y que promete seguir reinventándose.
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