Inflación global ¿Una oportunidad para el real estate de Latam?

Las perspectivas económicas de Uruguay y Paraguay, dos de los mercados más dinámicos para la inversión, en el nuevo contexto internacional, y cómo el negocio de los ladrillos puede transformarse en refugio de valor. ​

El nuevo contexto internacional de inflación global y suba de la tasa de interés en Estados Unidos y Europa -cuyo efecto se siente en todo el mundo dado el papel que juega el dólar en el plano internacional- impacta de distinta manera en cada país. Vamos a describir el escenario económico que enfrentan en este momento Uruguay y Paraguay, dos de los mercados más dinámicos y seguros de la región en los últimos años. ​

Uruguay experimenta en este momento una apreciación de su moneda, el peso uruguayo, que ganó más del 10% frente al dólar en el último año y medio y marcha a contramano de lo que está sucediendo con otras divisas como el euro o las propias monedas de países de la región, que perdieron valor. Producto de factores internacionales como la suba de los precios de las commodities (que impulsó las exportaciones), el ingreso de capitales provenientes de Argentina, Chile, Brasil y Perú, y de razones internas como un aumento de la tasa de interés local, el poder adquisitivo de los uruguayos atraviesa un tiempo de fortalecimiento relativo que mejora su capacidad de compra en dólares y puede redefinir el mapa de sus inversiones. ​

La inflación en Uruguay tocó el 9% en los últimos 12 meses, en línea con el incremento de precios que están sufriendo todos los países (un fenómeno que creció en el mundo a partir de febrero, cuando se produjo la invasión de Rusia a Ucrania). Pero las últimas proyecciones del consenso de analistas no anticipan una aceleración por encima de ese nivel para los próximos meses. Las previsiones fijan un 8,6% para el cierre de este año y un descenso al 7,2% para 2023. La política desinflacionaria que viene siguiendo el gobierno unida a la posición fiscal convalidan para los especialistas esa proyección a la baja. ​

El nivel de actividad, en tanto, crecerá este año un 4,7%, de acuerdo con las últimas estimaciones, y se expandirá otro 3% el año próximo, consolidando el proceso de crecimiento de la última década. Con un riesgo país que se ubica en el nivel más bajo de América Latina (inferior a los 150 puntos básicos) y el histórico rango de investment grade, las condiciones para la atracción de inversiones de la economía uruguaya se mantienen intactas. ​

En tanto, la apreciación de la moneda, cuya contracara es el encarecimiento del costo de vida interno, no tendría mucho margen para continuar en el sendero recorrido en los últimos meses, según comparten economistas. Una vez que transcurra el período de ingreso de dólares, la revaluación del peso cedería para concluir en 2022 en niveles superiores al de fin de 2021 pero más favorables que los 40 pesos de mitad de año -las previsiones hablan de 42 pesos por dólar para diciembre, frente a los 44 pesos de fin de 2021. ​

Vinculado con el negocio de real estate, el costo de construcción medido en dólares experimentó un aumento de la mano de la revaluación del peso uruguayo, y esto explica la suba de precios que el mercado viene experimentando en los últimos meses y que seguirá consolidándose en el próximo año. Esto se da en el contexto de un mercado que además ofrece desde hace dos décadas estabilidad en las reglas de juego, fomento a la inversión en vivienda y retornos en dólares del orden del 5% anual. ​

Además, en momentos en que la suba de la inflación en el mundo provoca inestabilidad en los mercados financieros -con riesgo de recesión en las economías más desarrolladas-, el real estate opera como fuente de refugio para preservar el capital: fijo hoy precio sabiendo que los costos continúan en aumento y por ende lo harán los precios. ​

En el caso de Paraguay, los números macroeconómicos prevén una suba del Producto Bruto Interno (PBI) del 0,2% para este año y una inflación del 8,8%, en sintonía con el incremento de precios mencionado en todos los países. Para 2023, la proyección oficial ya indica un descenso de la inflación al 4,1%. ​

En ese marco, el segmento de la construcción continúa creciendo por sobre otras actividades, con un incremento previsto de la actividad del 4% para este año, según los cálculos del Banco Central. La construcción es uno de los sectores más dinámicos de la economía paraguaya hoy: en 2020 creció 10,5%, en medio de la pandemia, y en 2021 un 12,8%, de acuerdo con datos oficiales. En 2021, el PBI de Paraguay subió 4,2%. ​

El atractivo del segmento del real estate de Paraguay también está traccionando inversiones extranjeras en los últimos años. La estabilidad de su economía y las altas tasas de crecimiento (promedió 4% entre 2003 y 2019) operan como un imán de oportunidades para el negocio de los ladrillos, donde existe mucho espacio para crecer dadas las necesidades habitacionales (estimadas en 780.000 viviendas). ​

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