La tecnología aplicada a la vivienda permite hoy controlar a distancia la seguridad, la iluminación y la temperatura de un hogar, incluso edificios y cuidades. Su importancia en los proyectos será creciente en los próximos años.
Accionar la cerradura a distancia. Controlar en forma remota el aire acondicionado y encenderlo antes de entrar al hogar. Subir o bajar las luces desde una aplicación en el teléfono. Monitorear las cámaras de seguridad. Abrir o cerrar las persianas y las cortinas. La domótica es la principal expresión de la tecnología aplicada a la vivienda y un factor diferencial en los proyectos de vanguardia en la actualidad, aunque se prevé que su uso será cada vez más extendido en los próximos años.
De la mano de la revolución digital y la expansión de la conectividad y los sensores, los dispositivos conectados permiten automatizar el manejo de una casa y gestionar en forma inteligente el consumo de energía, la iluminación, la seguridad, las comunicaciones y todos los elementos que hacen al confort, el control y la administración de una vivienda. Además de las ventajas prácticas de esas aplicaciones, el crecimiento de la conciencia por la ecología y la necesidad de reducir la huella de carbono también potencian la importancia de la domótica, ya que su buen uso permite reducir el consumo energético y de agua, con el consiguiente ahorro en los costos.
Las proyecciones de las principales consultoras en tecnología prevén que en 2030 habrá más de 25.000 millones de dispositivos conectados en todo el mundo mediante sensores e Internet de las Cosas, el universo dentro del que se mueve la domótica. De acuerdo con la firma especializada Statista, el número de hogares inteligentes alcanzará este año los 303 millones y para 2025 saltará a 478 millones. La venta de dispositivos para smart homes generó hace un año US$102.038 millones en ventas y para 2024 superará la barrera de los US$150.000 millones, según los cálculos de la misma consultora.
Todas estas estimaciones anticipan el avance que tendrá la domótica en el universo del real estate y en la formulación de los proyectos. Como suele suceder cuando escala la tecnología, los costos de “domotizar” un hogar se redujeron significativamente en los últimos años y hoy resultan más accesibles que antes.
Algunos de los sectores del hogar donde hoy la domótica despliega sus ventajas en construcciones residenciales son:
Automatización y control: el propietario del hogar tiene el control de la apertura y cierre de puertas, ventanas, persianas, toldos, sistemas de riego y el suministro de los servicios (electricidad, agua, gas).
Iluminación: desde el teléfono celular o una tablet, el usuario puede encender y apagar las luces de la vivienda, o graduar su nivel de intensidad. De esta forma, puede accionar las luces sin estar en el hogar por una cuestión de seguridad, o dejarlas listas para el momento en que llegue.
Climatización: el control de la temperatura de la vivienda en forma remota es otra de las ventajas que ofrece hoy la tecnología. Desde la aplicación centralizada se puede encender o apagar la calefacción o refrigeración de la casa, así como manejar la temperatura propia de cada ambiente.
Seguridad: los sistemas de domótica permiten controlar las cámaras de seguridad de la vivienda en forma remota y gestionar las alarmas de seguridad. Otra de las ventajas es el control de sistemas que alertan sobre incendios o escapes de gas, por ejemplo.
Ligado con la seguridad, el monitoreo del control de ingreso a los edificios y la implementación de cerraduras con huella digital son otros de los avances que están incluyendo los proyectos más modernos.
Para la instalación de los sistemas de domótica, juega un rol central la conexión a Internet de alta velocidad, que permite conectar los dispositivos y sensores detrás de luces, cortinas y demás lugares elegidos con la red de datos. El control unificado de todas las prestaciones ofrece la posibilidad de programar acciones (por ejemplo, encender las luces más temprano en invierno y más tarde en verano) y contribuir así con la reducción de los consumos energéticos.
En cuanto a tendencias, se espera que en adelante el peso de la inteligencia artificial y el análisis de los datos permita a los sistemas de domótica predecir necesidades y anticiparse a la demanda del usuario, a partir de su comportamiento frecuente (por ejemplo, el horario en que reduce la intensidad de las luces o cierra las cortinas). La integración de los comandos con los asistentes de voz (que a través de las órdenes de la persona manejan los sistemas) es otra de las facilidades que ganarán cada vez más espacio, según prevén los especialistas.
Todo esto llevará a que los proyectos de real estate adopten cada vez más tecnología en pos del bienestar y el confort de sus usuarios.